La gastronomía zuliana, la inspiración para la 4ta Edición del Concurso Cocina Creativa
Alimentos La Giralda y
Chef Campus Culinary Instituto se juntan una vez para hacer historia e
invitarte a formar parte de ella
Adentrarnos en la historia de la cocina
zuliana, tal como su acento, es sinónimo de singularidad e identidad. Así como
existe un "hablar zuliano", se presenta una situación muy similar en
la interesante historia de los fogones de la comida tradicional, rica, gustosa
y colorida como el trópico.
El paladar zuliano se expresa en la
variedad de sus miles de platillos y en el uso acertado de los frutos y
alimentos característicos de la región, como el plátano, el queso palmita,
palmizulia, queso de sincho o Matera, quesos de mano maracuchos, queso Santa Bárbara,
queso para freír, queso mandoquero, etc. Las frutas de sol y lluvia, como la
parchita, la lechoza, la mandarina, la guayaba o los hicacos, que son sustento
de deliciosas preparaciones dulces y postres heredados de nuestras abuelas que
utilizaron con buena destreza estos productos y muchos otros cosechados en
sombreados patios como el cacao porcelana o en ingeniosas huertas y barbacoas
donde se cultiva el cebollín y el cilantro, los ajíes misteriosos, pimentones y
el orégano silvestre.
Toda esta riqueza vegetal, unida a la
tradicional crianza de ganado como vacas, cabras y ovejas, de pesca lacustre
generosa, de fauna silvestre y de cacería, son la amalgama perfecta en el
recetario de las culturas indígenas milenarias, junto a las prácticas y sabores
traídos de Andalucía, España, ligado al imperdible sazón africano que los
esclavos nos legaron con sus costumbres para hacer de la comida zuliana un prodigio
de delicias para conocer y saborear, para llevarse en su memoria gastronómica
la auténtica sazón de estas tierras.
Esta diversidad de paisajes y biomas con
sus correspondientes despensas, la dinámica poblacional, incluidas las
importantes migraciones procedentes del extranjero y del interior del país en
diferentes momentos históricos, la fusión enriquecedora de saberes y sabores,
se expresan en la actualidad gastronómicamente en la existencia de cuatro cocinas
regionales: la marabina, la wayuu, la cañadera y la del sur del lago de
Maracaibo, cada una de las cuales exhibe personalidad y un interesante repertorio
de platos y prácticas culturales.
Las culturas originarias alfareras y
sedentarias de la región desde muy temprano, conocieron el cultivo y
transformación de la yuca en casabe. La
costa los proveía de abundantes grasas y proteínas animales procedentes de los
ríos o de la costa, encontrándose evidencia del aprovechamiento de la pesca
fluvial (en particular de bagres), del consumo de reptiles acuáticos como
caimanes y babas que viven en caños y ríos y de grandes y pequeños mamíferos
terrestres.
Las comunidades que poblaron la región
desde el principio aprovecharon una despensa que incluía venados en las zonas
áridas, reptiles como el morrocoy sabanero, babillas, manatí y danta en la
subregión húmeda y semihúmeda. Perijá contaba con una gran diversidad de
comunidades animales: mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces, entre otros,
chigüire y tortuga olivácea, a su vez cuentan con importantes recursos
pesqueros, todos estos hoy forman parte de las preparaciones más típicas de la
zona.
Venezuela es tierra de gracia por donde
la veas, desde sus hermosos paisajes y su gente, hasta su gustosa gastronomía
que Chef Campus Culinary Institute y Alimentos La Giralda, con muchísimo honor,
se han comprometido para dar a conocer y enseñarnos que cada rincón tiene
historia propia, la cual puede ser contada perfectamente desde sus sabores,
olores y productos que componen su despensa.