Vinos
de Bodegas Arráez: libertinos y tradicionales
“No hacemos vinos para estirados. Pasamos de
los convencionalismos, de los clichés y el esnobismo, porque creemos que el
buen vino es algo que debería poder disfrutar todo el mundo, a cualquier hora y
en cualquier sitio. Somos irreverentes, atrevidos y un punto canallas, porque
nos gusta vivir la vida y porque ser diferentes no está reñido con hacer bien
las cosas”. Toni Arráez
Vinos
para beberse la vida, con conciencia pero con la visión del mundo actual, con
toques gamberros y libertinos pero con la esencia del terruño donde se elaboran
y siguiendo la tradición de la familia, esos son los vinos de Bodegas Arráez,
dirigidas actualmente por Toni Arráez, la tercera generación, quien le ha
impuesto su toque y visión personal del vino de corte moderno y audaz.
Corporación
Askar presenta las etiquetas Calabuig
y Mala Vida, ambos en tinto y blanco
y Casas de Herencia tinto
provenientes de las citadas bodegas. El primero es “el vino de mamá” en homenaje a María Belén Calabuig, madre del actual director, Toni Arráez
Calabuig. Las variedades del vino Mala Vida, elaborado para agradar los
paladares más variados y hasta antagónicos.
Casas de Herencia, representa
la vida de los pueblos sencillos, donde todo sabe mejor, elaborado con tiempo y
amor, pero con nuevas tecnologías.
El vino de mamá
Calabuig
es 100 % Tempranillo. Cultivado en viñedos con más de 30 años, de suelos
arcillosos y situados en Font de la Figuera, a 650 mts. de altitud. Su rojo,
intenso y con ribetes violáceos lo hace provocativo y goloso. En nariz están
presentes frutos rojos como fresas y frambuesas muy maduras. Elegante con
entrada en boca suave y frutal. La
temperatura ideal para consumir Calabuig
“el vino de mamá” debe estar entre los
12° y 16°, un buen compañero para aperitivos, carnes a la plancha, arroces, pastas
y, por supuesto, las comidas de mamá.
El
otro “vino de mamá” es el Calabuig
100 % Macabeo. Cultivado en los mismos
viñedos de Font de la Figuera. De color amarillo pajizo, destacan los aromas
frescos de frutas blancas. Aroma sutil con ciertas complejidades, agradable y frutal. Recomendable consumir
entre 4° y 8° con de pescado, arroces y mariscos según la receta de mamá.
La buena Mala Vida
“Y
tu… qué vida llevas” es la pregunta para
descorchar un Mala Vida elaborado
con 30 % de Monastrell, 30 %
Tempranillo, 20 % Syrah y 20 % Cabernet. Los viñedos están ubicados en el
entorno natural de Terres dels Alforins, de clima Continental-Mediterráneo.
Este tinto Mala Vida es de un rojo
picota parecido a la cereza, con intensidad en nariz a frutos rojos maduros,
fondo de especias y aromas tostados. Sedoso y agradable en boca, la presencia
de taninos golosos invitan a repetir. Se
pasea 8 meses en barricas de roble francés, americano y húngaro.
Este
vino debe tomarse en intimidad, con excelente compañía, armonizando con entrantes, carnes y guisos suaves. El
enólogo recomienda entre una temperatura 12° y 15°.
La versión en blanco de Mala Vida es un coupage 100 % valenciano, elaborado con las tres variedades blancas de cada una de las 3 zonas de Denominación de Origen de Valencia. Esto lo hace interesante, además en este Mala Vida se procesan por separado cada una de las uvas para sacar el máximo provecho y darle su personalidad. Destaca la intensidad y toque exótico del 40% de Moscatel; la acidez y frescura del 40 % de Merseguera y el aporte de finura y elegancia que le da el 20 % de Verdil. Esta sabia y audaz combinación hace de Mala Vida blanco un coupage completo, fresco, complejo y a la vez equilibrado.
Pueblos y tradiciones con toques
modernistas
El
vino Casas de Herencia representa la
autenticidad y honestidad de lo producido en el pueblo, cobijado por la
tradición heredada de la sabiduría de los abuelos, de una época en que todo se
hacía con calma, invirtiendo más tiempo
y muchísimo amor. Este vino combina la tradición y el
perfeccionamiento de las nuevas
tecnologías con la manera actual de elaborar vinos.
Casas de Herencia es un vino mitad
Monastrell y mitad Tempranillo, cultivados en suelo calcáreos en el paraje
natural de Terres dels Alforins, con 6 meses en barricas de roble. Rojo granate,
de matices que recuerdan las tejas de las viejas casas del pueblo. Aroma intenso
y penetrante a frutos rojos. De cuerpo equilibrado, en gusto es afrutado, con
toques aterciopelados debido a su precisa elaboración. Se recomienda con quesos
semi madurados, arroces y pastas consistentes.
La historia de una familia en el
Levante valenciano
Bodegas
Arráiz está situada en el Levante valenciano, en el entorno privilegiado del
paraje natural de Terres dels Alforins. La bodega ubicada en Font de la Figuera
fue construida sobre tres antiguas bodegas de viticultores particulares. En su
historia, que ya suma 68 años, se observa que con el tiempo, se ha ido
reformando y adaptando a nuevas técnicas de elaboración y envasado.
En
la actualidad dispone de modernas plantas de elaboración donde los
viticultores, enólogos y sumilleres dan rienda suelta a su creatividad. El
embotellado se lleva a cabo con tecnología de punta y en una sala de crianza de
vinos de alta calidad. Se mantiene la tradición vinícola combinada con las
últimas técnicas enológicas y atiende las demandas comerciales.
En
este entorno natural el empresario Antonio Arráez Garrigós, en 1950 fundó la
bodega que dio inicio a esta saga familiar. Comenzó con la comercialización de
sus vinos a granel y embotellados. Paulatinamente incorporó nuevas técnicas
enológicas, vitícolas y comerciales.
Su
hijo, Antonio Arráez Ibanco en 1980 continuó con el negocio en una etapa de
industrialización e internacionalización. Creció la fábrica con importantes
exportaciones y el aumento de personal calificado.
Desde
el año 2007 Bodegas Arráez las capitanea Toni Arráez Calabuig, quien con su
personalidad aporta la visión contemporánea, donde se apuesta por perfiles
jóvenes, con valores actuales, mucho talento, pasión desmedida por el vino y
con ganas de comerse el mundo.
En
el equipo de Arráez no hay medias tintas, tienen los objetivos claros, saben cómo
conseguirlos por su carácter resolutivo e iniciativas voraces. En un ambiente de compañerismo, alegría y
compromiso “aquí no se intentan las cosas, aquí se hacen” sentencia Toni Arráez
Calabuig.
Actualmente
el equipo bodegas Arráez está integrado por 25 personas, con una media de edad
de 30 años. Desde la etapa de Producción, motor de la empresa, hasta el
departamento Comercial y Administración,
Dirección y Comunicaciones todo funciona como si se tratase de una cadena,
formando un sólido engranaje que cuidan con cariño.
Binomio perfecto para uvas de calidad
Los
viñedos se encuentran a 90 kilómetros del mar Mediterráneo y entre 600 y 800
metros de altitud, limitados por dos valles cuya orientación genera un
microclima Mediterráneo-Continental, que
junto a los suelos pobres forman un binomio perfecto para el cultivo de uvas de
calidad.
La
bodega Arráez tiene en propiedad 30 hectáreas, donde predominan las variedades
autóctonas. Aparte de estos viñedos, históricamente se abastece de las uvas de
viticultores independientes de la zona desde los años 50. En estos viñedos se
cultivan tanto viñas viejas de más de 40 años, como viñas jóvenes en espaldera.
Arráez trabaja con variedades autóctonas como Monastrell, Tempranillo,
Garnacha, Tintorera, Verdil y Moscatel que se complementan a la perfección con
las variedades foráneas como Cabernet Sauvignon y Syrah.
Los
vinos de Bodegas Arráez son para beberse la vida.
@malavidavino
@askarvinos
@bodegasarraez